En la actual Sociedad de la Información, la tecnología está presente en la mayoría de las acciones humanas. Teléfonos móviles, agendas electrónicas, ordenadores, sistemas de navegación, domótica... forman parte de la vida cotidiana. Precisamente, las posibilidades de comunicación y acceso a la información que ofrecen estos dispositivos pueden utilizarse para mejorar la calidad de vida de aquellos que más lo necesitan, como son las personas discapacitadas, dependientes y mayores.
Andalucía innova
Las TIC pueden convertirse en herramientas indispensables para el cumplimiento de los principios rectores de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo. Este instrumento internacional de las Naciones Unidas hace especial hincapié en que “las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida. Para ello, los Estados Partes adoptarán medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público, tanto en zonas urbanas como rurales”.
En Andalucía, unas 700.000 personas tienen alguna discapacidad, según la Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía. En el ámbito nacional, el número de personas con discapacidad alcanza los 3,8 millones, lo que supone el 8,5% de la población, según la Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia 2008, del Instituto Nacional de Estadística. Además, el documento señala que 1,39 millones de personas no pueden realizar alguna de las actividades básicas de la vida diaria sin ayuda.
El equipo de Ricardo Ron ha diseñado un interfaz que conecta el cerebro a un ordenador mediante electrodos superficiales
Por tanto, se trata de una parte considerable de la sociedad que requiere una atención especial desde la investigación. De ahí que varios grupos y empresas andaluzas estén desarrollando aplicaciones informáticas dirigidas a aumentar la movilidad en enfermos con restricciones motrices, mejorar la capacidad de comunicarse a los discapacitados sensoriales o supervisar a personas dependientes que necesitan vigilancia constante. Los avances en estos estudios no sólo conllevan el cumplimiento de un objetivo científico, sino que se complementan con la satisfacción de poder hacer más felices a personas que tiene limitada alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas.
Uno de estos proyectos donde la ciencia se hace solidaria, por su posibilidad de aumentar las capacidades de aquellos que las tienen limitadas, se desarrolla en la Universidad de Málaga. Se trata de un sistema destinado a que los discapacitados ejecuten acciones con sólo pensarlas. El dispositivo se basa en un interfaz que conecta el cerebro a un ordenador mediante electrodos superficiales y se orienta a enfermos con importantes deficiencias en sus funciones motoras.
Este sistema permitirá conseguir que discapacitados severos, incapaces de controlar sus músculos, puedan manejar una silla de ruedas o enviar mensajes sencillos como “tengo sed” o “tengo calor”. El proyecto, calificado de excelencia por la consejería de Innovación, Ciencia y Empresa está liderado por el profesor de la Universidad de Málaga (UMA) Ricardo Ron, miembro del grupo de investigación Diana, con el que colaboran tres equipos de expertos malagueños más y un cuarto grupo perteneciente a la Universidad de Granada.
Una de las aplicaciones más importantes de este estudio es establecer un canal de comunicación y control para personas con importantes deficiencias motoras como ocurre con enfermos aquejados de esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Sillas de ruedas con navegador
La primera silla de ruedas conocida y creada especialmente para un propósito relacionado con la salud fue la del rey Felipe II, que adolecía de un trastorno motriz que le imposibilitaba el desplazamiento normal y adecuado. Siglos después, este instrumento, ya eléctrico, ha sido objeto de numerosas investigaciones para conseguir dotar de mayor autonomía a las personas con discapacidad. Durante los últimos años, los estudios llevaron a incorporar todo tipo de sensores, ordenadores de abordo o cámaras a las sillas de ruedas hasta el punto de resultar aparatos demasiado complejos, engorrosos y caros para los usuarios.
Todo ello ha llevado a un grupo de investigadores de la Escuela Superior Técnica de Ingeniería Informática de la Universidad de Sevilla a diseñar un proyecto el que pretenden crear un sistema de ayuda a la navegación de las sillas de ruedas eléctricas que sea realmente útil al usuario. Para conseguir este propósito, los investigadores se sirven de la llamada ‘Inteligencia Ambiental’.
La primera silla de ruedas conocida y creada para un propósito relacionado con la salud fue la del rey Felipe II
Los expertos están convencidos de que estos espacios -donde las tecnologías de computación y comunicación se convierten en invisibles para el usuario adaptándose a los individuos y facilitándoles la realización de sus tareas diarias- son un sistema al alza que en un corto periodo de tiempo abaratarán los costes de producción e instalación. Por ello, se han propuesto aprovechar la infraestructura que estos entornos inteligentes proporcionan (pequeñas cámaras instaladas en los techos de los edificios, sensores en pasos de puertas o ascensores) para interpretar la información inalámbrica que es generada por éste utilizando el ordenador de abordo que ya de por sí poseen todas las sillas eléctricas. El vehículo dispondría pues de una pantalla en la cual se irían leyendo las distintas informaciones que el edificio proporcionaría al usuario, como por ejemplo saber si el ascensor está estropeado o si hay un pasillo que está en obras al que es imposible acceder.
Mediante este sistema se pretende crear una colaboración directa entre el discapacitado y su vehículo gracias a la combinación de la información del joystick manejado por el propio usuario con la que los sensores externos proporcionan. Así, si el usuario quisiera atravesar una puerta con un marco estrecho, impulsaría el joystick en la dirección aproximada y gracias a la información externa que está recibiendo del entorno ésta se orientaría los grados necesarios para que el movimiento se realizara con total precisión y no se produjera una colisión. La autonomía de la silla permanece así en todo momento subordinada a los deseos del usuario, superando de esta forma la sensación de falta de control que los discapacitados sienten en algunas versiones de sillas de ruedas robotizadas.
Dependientes bajo control
Las personas mayores que padecen ciertas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y los enfermos afectados por trastornos mentales necesitan sistemas que permitan a sus cuidadores controlar dónde están en cada momento. Éste es el campo donde opera Visión Sistemas de Localización, una empresa de base tecnológica creada por alumnos de la Universidad de Sevilla.
Esta firma es responsable de un sistema pionero e innovador denominado Keruve, que consiste en un reloj portado por la persona que se desea tener localizada en el que está insertado un dispositivo capaz de conectar con un receptor móvil del que disponen los familiares de esta persona. En dicho reloj aparece un mapa que registra el punto exacto donde se encuentra el portador del mismo.
La firma sevillana trabaja en la investigación, diseño, fabricación y comercialización de estos equipos de orientación mediante GPS principalmente destinados a pacientes con Alzheimer y niños. Un novedoso sistema que presenta una serie de ventajas sobre los existentes hasta ahora en EEUU o Japón, pues, por primera vez, un equipo de localización de estas características permite la comunicación directa entre sus usuarios. Además, el hecho de que el receptor del que dispone el familiar sea móvil, permite que se conozcan en todo momento los movimientos del usuario, algo que no facilitan los dispositivos ya existentes.
En un ámbito parecido opera el área de Arquitectura de Computadores de la Universidad de Almería, que ha desarrollado un dispositivo informático para registrar la hora de llegada y salida de los usuarios de centros de estancia diurna, así como para procurar una atención eficaz y personalizada a cada persona usuaria. Este sistema Web activa un sistema de alarma y un protocolo de actuación si algún usuario abandona el centro antes de la hora establecida.
El sistema está orientado a los usuarios de los centros de día que presentan algún tipo de demencia. La experiencia persigue contribuir eficazmente al control que los trabajadores de estos centros tienen que ejercer sobre dichos usuarios. Su funcionamiento se basa en el empleo de tarjetas de proximidad RFID (siglas de Radio Frequency IDentification, en español, Identificación por radiofrecuencia), administradas a las personas que presenten este tipo de patologías a modo de pegatinas de reducidas dimensiones, que serán detectadas por una antena receptora RFID situada a la entrada del centro.
La voz del silencio
Facilitar y promover la comunicación de aquellas personas carentes de lenguaje funcional o que lo tienen bastante limitado. Ése es el objetivo de proyecto Sc@ut en el que investigadores de la Universidad de Granada tratan de ayudar a personas con autismo o incluidos dentro del espectro autista, personas con trastornos generalizados del desarrollo, como la disfasia, con síndrome de Down y con parálisis cerebral. Para ello, han diseñado un comunicador que les permite adaptarse a las necesidades individuales y al nivel de desarrollo cognitivo de la persona.
El comunicador Sc@ut es un programa que se ejecuta en dispositivos móviles como la PDA (Personal Digital Assistant), la videoconsola Nintendo DS o el ordenador. Está basado en sistemas hipermedia adaptativos y proporciona a cada persona la navegación sobre actividades que aparecen representadas con imágenes, palabras escritas, sonidos y vídeos, para que pueda seleccionar la que desee, y por tanto, comunicarse con las personas de su entorno.
Con este proyecto de la Universidad de Granada, se mejora la autonomía personal de los usuarios de este sistema puesto que es portable y de reducidas dimensiones. Además presenta un bajo coste, es de fácil aprendizaje e interfaz intuitiva, facilita la labor pedagógica de los profesores y padres y permite analizar el rendimiento del alumno.
Fuente: Andalucia investiga http://www.andaluciainvestiga.com/espanol/noticias/9/10240.asp
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